En múltiples oportunidades de auditorías
organizacionales, es más común de lo que
pensamos, la presencia del dilema ¿por
qué en las organizaciones con problemas de productividad y crecimiento, resulta
complejo detectar las fallas y otras veces es de fácil detección? por
paradójica que suene la regla, se traduce en que, cuando el problema es más
visible, más compleja resulta la solución ¿Por qué? Porque si es muy notable,
implica que el problema ya se ha incrustado en otras áreas inherentes a la
estructura, para exponerlo de forma más ilustrativa; es bien sabido que una
enfermedad como el cáncer, se detecta con mayor facilidad cuando ya ha hecho
metástasis en el cuerpo de quien lo padece.
Muchos empresarios al contratar auditores que les muestran las observaciones de su
organización de forma temprana, suelen aludir que no era tan difícil y por
tanto se hubiese ahorrado dinero en un experto, solo con haber prestado un poco más de atención, eso no
es tan sencillo de dibujar, ya que, hay un factor que pesa en dicha tesis y no
es otro que la pericia del evaluador, que en concluidas cuentas, se puede
percibir como obviedad.
La fórmula queda representada así: problemas de fácil
detección, situación compleja de solventar; otro ejemplo podría ser el referido
a la labor de un psicólogo, al cual le es más fácil detectar una patología, que
algunos rasgos que impliquen uno o variados trastornos, actuando en dicho caso,
como conocedor de las implicaciones e indicaciones a seguir, por medio de
criterios determinados que muestran su pericia como especialista.
“No se trata del problema, sino de saber su causa,
para su válida solución”
Petry Rodríguez.
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